
Nuestro columnista conversa con el escritor cubano sobre las complejidades de su patria y sobre el hecho de que en su país no se dignen a reconocerlo. “Debe ser -se lo escuché decir al alguien por ahí- que mis libros son un espejo en el que no se quieren ver”.
El Día Internacional del Trabajo tiene sus orígenes a finales del siglo XIX, cuando el 1° de mayo de 1886, en lo que se conoció como el Motín de Haymarket, los trabajadores de Chicago se manifestaron en las calles de la ciudad para exigir una jornada laboral de ocho horas.
Si para alguien como Milei la paz lograda después de la II Guerra “nos volvió débiles” y ello ha abierto camino a lo peor de nuestro tiempo, Francisco invita a aprender de la debilidad, a entender que el éxito no es una virtud y que los “looser”, lejos de ser despreciables, debieran estar al centro de la preocupación y el interés de los “winner”.